Macedonia y Epiro

Hallazgos e investigaciones recientes sobre Macedonia y Epiro

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Aprovechando la oportunidad que me brinda la invitación que la Directora del Instituto de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad Autónoma de Madrid nos dirigió hace un par de semanas para promocionar los contactos académicos entre los miembros del ICCA e intercambiar información sobre nuestras actividades investigadoras, escribo este breve informe sobre estudios recientes relacionados con el antiguo reino de Macedonia y con Epiro.

Lo primero que deseo destacar es que muchas de las más señaladas novedades de los últimos decenios en el estudio de la Antigüedad clásica son hallazgos en el antiguo reino de Macedonia, cuya historia se puede trazar desde comienzos del siglo VII a.C. hasta su transformación en provincia romana en 146 a.C. En mi opinión, los hallazgos más importantes son los siguientes, relacionados en orden cronológico.

En 1962 apareció el papiro de Derveni, que ardió parcialmente en la pira funeraria de un cementerio situado en las proximidades de la actual ciudad de Tesalónica, en cuyo museo arqueológico se exhibe. Se trata del papiro más antiguo hallado en suelo europeo. Según un experto, es el documento más importante hallado en el siglo XX sobre la filosofía presocrática y los orígenes de la prosa literaria en Grecia. Consta de una treintena de hojas fragmentarias que contienen lo que parece ser el texto de una ceremonia de iniciación en el culto mistérico de Dioniso y el comentario alegórico en prosa de un poema órfico, del que se citan una veintena de hexámetros sueltos, que se refieren en su mayoría a cómo Zeus se hizo con el poder del mundo. El texto fue editado por primera vez en 2006. La investigación sobre el papiro sigue en curso con importantes contribuciones de investigadores españoles.

Los hallazgos realizados en Macedonia que han tenido mayor difusión y levantado más polémica en el último medio siglo son los del Gran Túmulo en el pueblo actual de Vergina, situado sobre Egas, la antigua capital del reino de Macedonia. Bajo el túmulo de tierra, sobre el que aparecieron numerosas estelas inscritas, se exhiben hoy in situ una tumba de cista y dos en forma de templete subterráneo que contenían restos de miembros de la familia real macedonia, a juzgar por la riqueza y el valor simbólico del ajuar funerario, hallado intacto en los dos templetes. El arqueólogo M. Andrónikos identificó la tumba II como la de Filipo II de Macedonia, padre de Alejandro III, aunque varios investigadores – y en particular Adolfo Domínguez Monedero – sostienen con buenas razones que se trata del enteramiento de Filipo Arrideo, medio hermano de Alejandro III y sucesor suyo a título de rey. La tumba I ofrece una pintura que representa el rapto de Prosérpina por Plutón, que la transporta a los infiernos en su biga precedida por Hermes psicopompo, y que parece haberse realizado con la técnica del sfumatto.

En las excavaciones más recientes llevadas a cabo en la capital posterior de Pella, una ciudad planeada con trazado hipodámico y edificada sobre un terreno que se eleva en suave pendiente hasta el lugar que ocupó el palacio real, se halló en 1986 una lámina de plomo que contiene una maldición inscrita. El texto presenta una forma de dorio noroccidental distinta de todas las conocidas con anterioridad, lo que induce a suponer que se trata del primer texto que ha llegado a nosotros redactado en el antiguo dialecto macedonio. También en Pella se halló la tumba de cista llamada “de los filósofos” por la decoración pintada en sus paredes, que muestra varias personas, una de las cuales parece llevar un rollo de papiro bajo el brazo.

Las tumbas de tipo macedonio excavadas han sido numerosas. Entre las más conocidas está la llamada “tumba del juicio”, cerca de Naousa, la antigua Mieza, que representa un guerrero macedonio que guiado por Hermes psicopompo comparece ante los jueces del infierno, Éaco y Radamantis, como en un célebre pasaje del Gorgias de Platón.

En estos últimos años se publicaron los hallazgos de numerosas piezas y fragmentos de cerámica descubiertos en un pozo situado en la antigua ciudad de Metone en Pieria, al que fueron arrojadas alrededor de 700 a.C. Varias piezas o fragmentos de cerámica tienen inscripciones con texto y muestran que el uso del alfabeto griego había llegado en fecha tan temprana hasta una localidad tan septentrional como esta colonia de Eretria.

También en fecha reciente se ha descubierto la gran tumba de tipo macedonio de Anfípolis. El túmulo que la cubre ocupa un perímetro de unos 500 metros y estuvo probablemente coronado en la Antigüedad por la famosa estatua de un león sentado sobre las patas traseras, de altura cercana a los 5,5 metros. Se han hallado ya varios aposentos subterráneos, así como varios cuerpos en uno de ellos. Las hipótesis acerca de para quién fue construida esta enorme tumba macedonia recorrieron los periódicos, sin que hasta el momento se haya llegado a una hipótesis verosímil. Se han propuesto casi todos los nombres conocidos de la historia del reino macedonio posterior a Alejandro que no pertenecieron a la familia real, que quizá siguió siendo enterrada en Egas.

Durante estos decenios se han publicado muchas inscripciones en piedra halladas en el antiguo reino de Macedonia. Todas estas inscripciones sobre piedra están escritas en griego y, junto con la lámina de maldición hallada en Pella, ya mencionada, rebaten la antigua hipótesis de que los macedonios no hablaran griego. Los últimos dos volúmenes publicados hasta ahora aparecieron a fines de 2015 y en conjunto contienen 632 textos encontrados en el antiguo núcleo del reino de la llamada Baja Macedonia, que comprende el área entre los montes Vermion al este y el río Axios al oeste, y Almopia al norte y el río Haliacmon y Pieria al sur.

Todos estos hallazgos muestran que el antiguo reino de Macedonia forma parte de la cultura griega antigua. Heródoto relata en un pasaje de su Historia los orígenes del reino macedonio en la cordillera del Pindo a comienzos del siglo VII a.C. y su ulterior extensión hacia el este. Así, el reino macedonio, a partir de unos comienzos más tardíos que los de otras zonas del mundo griego antiguo, alcanzó un rápido desarrollo y se puso en cabeza en el siglo IV a.C., no solo por su poder político y militar, sino también por la centralidad económica y cultural, que algunos reyes estimularon, como Arquelao I, que poco antes del 400 a.C. invitó al tragediógrafo Eurípides, al sofista Gorgias y al pintor Zeuxis a su corte.

Mi interés por el antiguo reino de Macedonia se centra sobre todo en el aspecto lingüístico. Desde octubre de 2016 grupos de cinco universidades europeas llevamos a cabo un proyecto de investigación financiado por el programa HERA (Humanities in the European Research Area) bajo el título “Multilingualism and Minority Languages in ancient Europe”. El objetivo general del proyecto es hacer patente que el multilingüismo no es un desarrollo reciente en Europa, sino un hecho ligado a sus propios orígenes que debe ser tenido en cuenta para modelar su futuro. El propósito concreto del grupo de la Universidad Autónoma de Madrid, integrado por tres investigadores españoles, dos griegos y una investigadora chipriota, es estudiar cómo la koiné griega, de la que procede el griego moderno, desplazó y arrinconó a los antiguos dialectos hablados en el norte de Grecia, tanto en Macedonia como en Epiro, área de la que también se han editado en fecha reciente más de 4.000 láminas de plomo que contienen consultas hechas al santuario de Dodona.

En lo que se refiere a Macedonia, nuestro propósito es mostrar como la koiné surgió como resultado del contacto entre hablantes de distintos dialectos griegos, de los que al menos podemos identificar una variedad del ático hablado más allá de las fronteras de Ática, el jónico occidental hablado en la mayor parte de las colonias de la península Calcídica y el dorio vernáculo de la población macedonia. Este contacto, que en un principio debió de ser esporádico y más tarde progresivamente más frecuente, se hizo permanente tras la extensión de las fronteras del reino macedonio hacia el este con la conquista de Migdonia, la zona situada entre los ríos Axio y Estrimón, así como de la península Calcídica y de las penínsulas de Palene, Sitonia y Akte, zonas en las que se asentaban numerosas colonias fundadas por pobladores que procedían especialmente de Calcis o Eretria en Eubea, de distintas islas Cíclades y de Ática. Muchas de estas ciudades pertenecieron a la liga ático-délica durante 478-404 a.C. El contacto permanente entre dialectos que revelan las inscripciones halladas en Macedonia, redactadas en dialectos distintos, condujo a la acomodación lingüística entre hablantes de dialectos mutuamente comprensibles como resultado del principio de cooperación que rige la comunicación lingüística. Esta acomodación ente hablantes de distintos dialectos dio lugar a documentos dialectalmente híbridos, según muestran algunas inscripciones. Finalmente, la acomodación permanente terminó produciendo, mediante un proceso de nivelación y koinización, un dialecto que incorporaba rasgos de varios anteriores, empleado al menos para la comunicación formal, tanto escrita como probablemente oral.

Como se ve, tratamos de demostrar e ilustrar el proceso de creación de la koiné en el norte de Grecia con métodos adaptados de la sociolingüística moderna. Hay procesos semejantes al que reconstruimos en el reino de Macedonia tras la fundación de Alejandría de Egipto pocas generaciones después y, en el mundo moderno, como consecuencia de la creación de ciudades de nueva planta con inmigrantes que hablaban dialectos de una misma lengua que son mutuamente inteligibles.

Espero que el texto anterior anime a otros compañeros y colegas a mantener activo este lugar de encuentro de los investigadores del Instituto de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad Autónoma de Madrid, cumpliendo con los deseos expresados por nuestra Directora.

Madrid, 30 de abril de 2018
Emilio Crespo
Instituto de Ciencias de la Antigüedad (Universidad Autónoma de Madrid)

El grupo de investigación sobre “Dialectos y koiné en el norte de la antigua Grecia” celebrará un Workshop en la Universidad Autónoma de Madrid el próximo 19 de junio para exponer los últimos resultados de sus investigaciones. En esta reunión participaremos Luz Conti, Paloma Guijarro, Panagiotis Filos (Universidad de Ioánnina), Georgios Giannakis (Universidad Aristotélica de Tesalónica) y yo mismo, investigadores de este grupo, así como Adolfo Domínguez Monedero y Enrique Nieto, que trabajó para el proyecto y que ahora se ha trasladado a París.